PRODUCTOS CARNICOS TRATADOS CON CALOR.
Se trata de productos elaborados a base de carne y/o despojos
adicionados de sales, especias y condimentos y sometidos a la acción del
calor alcanzando en su interior una temperatura suficiente para lograr
la coagulación total de las proteínas cárnicas. En este grupo se
encuentran productos como las paletas y jamones cocidos, fiambres,
galantinas, bacón, cabeza de jabalí, salchichas, morcillas, mortadelas,
patés,...
• Paletas y jamones cocidos:
Se define como jamón cocido el producto elaborado a partir de la pata
trasera de cerdo con o sin hueso, curado en salmuera y cocido en su
trozo original. La paleta será lo mismo pero utilizando la pata
delantera. En algunos casos se cuecen jamones enteros con hueso y
corteza para presentarlos enteros y cortarlos a cuchillo.
Elaboración: El proceso de elaboración del jamón cocido empieza con la
elección de la materia prima, se seleccionan piezas sanas y uniformes,
frescas y con un PH entre 5,8 y 6,2. A continuación se realiza el
deshuesado pero sin separar del todo las `piezas que componen el jamón;
en este momento se retira el jarrete para otras elaboraciones. Después
se pasa a la limpieza, que incluye el desgrasado y la retirada de todos
los nervios, huesecillos y cartílagos de la pieza, poniendo especial
atención en el nervio de la contra.
Una vez lista la pieza se procede al salado que se suele realizar por
inmersión en salmuera líquida, pero actualmente se hace por inyección
con lo que se disminuyen los tiempos de reposo-curado. Una vez
inyectadas las piezas, se pasa al proceso de masajeo o malaxado
(tumbling) durante una hora y media cambiando el sentido de giro.
Cuando el masajeado ha terminado se pone el jamón en cubetas y se pasa a
la fase de reposo que dura de 2 a 3 días. Pasado el tiempo de reposo se
realiza otra vez el masajeado igual que antes del reposo y seguidamente
se introducen las piezas en los moldes de acero inoxidable previamente
forrados de plástico. Se hace vacío a los moldes, se cierran y se cuecen
en el horno de cocción o por inmersión.
Los moldes para jamón cocido tienen diferentes formas y tamaño según los
usos de cada zona: tonel, guitarra, mandolina, bloque,... En el horno
de cocción la temperatura será de 74/75º hasta que en el corazón de la
pieza se alcancen los 70º. Una vez cocidos, los jamones se enfrían lo
mas rápidamente posible, se dejan reposar en cámara hasta el día
siguiente, se desmoldan y se envasan al vacío para su conservación.
La elaboración de la paleta cocida será igual pero cambiando la materia prima y la forma del molde.
• Fiambres de jamón y de paleta:
Se trata de realizar el mismo proceso de elaboración del jamón cocido
pero con trozos magros de cerdo, preferentemente de la parte del jamón o
de la paleta.
o Elaboración: El desarrollo del
proceso es el mismo: Limpieza, inyección, masajeado, reposo (sólo un
día), masajeado (con adicción de fécula), moldeado (molde tipo barra 11 x
11) y cocción. En este caso el moldeado se realiza en la embutidora con
un accesorio especial que permite llenar las bolsas a la vez que se
meten en los moldes sin necesidad de hacerles luego el vacío.
• Masas finas: La masa
fina o pasta fina es la base de la gran mayoría de los productos
cárnicos tratados con calor. Se trata de emulsiones cárnicas en las que
el picado de las carnes ha sido muy intenso mediante el trabajo mecánico
del cutter. Los ingredientes básicos son magro de cerdo, grasa y hielo o
agua fría, todo esto condimentado según la elaboración. Su aspecto es
como el de una papilla firme, brillante y sin grumos. Una vez formada la
emulsión la pasta preparada debe embutirse en tripas o envasarse en
recipientes elaborados con materiales plásticos, acero inoxidable o
vidrio y sometida a tratamiento térmico tan pronto como sea posible.
Ejemplos de productos elaborados con emulsiones cárnicas son: salchichas
frankfurt, patés, mortadelas, chopped, etc...
• Galantinas y rouladas:
La galantina es una preparación a base de trozos magros de ave, caza,
cerdo, ternera o conejo, mezclados con una farsa de huevos especias y
diversos ingredientes. Todos estos ingredientes, bien se moldean en un
molde rectangular o sirven para rellenar un ave deshuesada, una vez
efectuada esta operación se cuece en un caldo o al vapor. Se puede
consumir caliente o en forma de fiambre frío, para esto una vez cocida
se deja enfriar y en algunos casos se le coloca un peso encima para
eliminar el exceso de grasa. También se les denomina fiambres de lujo
sobre todo cuando son artesanos y se realizan con materias primas de
primera categoría. En las galantinas o fiambres de ave se utilizan aves
deshuesadas y descarnadas como envoltura exterior. El relleno
básicamente es una masa fina que se puede colorear y aromatizar con
diferentes colores y aromas. Los colores se consiguen utilizando
distintos tipos de carnes o utilizando colorantes. Los sabores y aromas
se obtienen añadiendo distintos elementos como zumos de naranja o limón,
licores, especias, aromatizantes etc. Los mosaicos o adornos interiores
se consiguen con trozos de carne de la misma ave, de cerdo, lengua,
frutos secos, aceitunas, pimientos, huevo duro, trufas, etc... También
se suele poner un adorno central en forma de chorizo (tourchon de foie,
ciruelas pasas, “brazo de gitano de trufa”,…). Estos fiambres de lujo se
envuelven con la propia ave (se utilizan patos, pavos, gallinas, …)
deshuesada y después con plástico, papel sulfurizado y aluminio, atando
los extremos con cuerda como un caramelo y dándole al fiambre forma
cilíndrica. Si se cuece en un horno de cocción de charcutería se hace a
75-80º hasta 70º en el corazón de la pieza.
• Bacón cocido: Se trata
de una elaboración similar a la del jamón cocido pero utilizando panceta
fresca de cerdo con piel con diferentes cortes según costumbre
(triangular o rectangular la que lleva parte del costillar). Se pueden
elaborar con o sin inyección pero no se utiliza el masajeo. Las piezas
se cuecen colgadas en el horno de cocción, se puede ahumar.
• Cabeza de jabalí o cabeza de cerdo:
Es un fiambre que se elabora con careta de cerdo, lengua, magros y
cortezas, todo ello cocido previamente. El gran contenido en gelatina de
todas estas piezas hace que el fiambre coja consistencia.
El proceso de elaboración comienza con la cocción de todas las carnes y
vísceras en agua con aromatizantes y aditivos. Después de cocidas las
carnes y vísceras se deshuesan y se hacen cuatro grupos: uno con las
cortezas y orejas, otro con las partes magras, otro con las partes
grasas y otro con las lenguas, que se pelarán y se dejarán enteras. Las
cortezas y las orejas se cortan en cuadrados de unos 2 cm. de lado; el
magro se pica en la picadora con placa de tres ojos; la grasa se pica en
la picadora con placa de 14; las lenguas se dejan enteras. Se mezclan
bien todas las carnes picadas; se les añade el 10% de su peso de caldo
de cocción y se sazona con el preparado especias Cabeza de Jabalí. Se
preparan los moldes forrándolos con lonchas finas de tocino. Se rellenan
hasta la mitad con la masa anterior, en el centro se colocan dos
lenguas una delante de otra y se termina de llenar el molde con mas
masa, se cubre con las lonchas de tocino y se tapa el molde. Se cuece en
horno de cocción a 63/65º hasta 55º en el corazón. Una vez frío se
desmolda y se envasa al vacío. Este fiambre tiene muchas variantes en
función de la materia prima empleada, así como de las proporciones de
las distintas carnes y grasas. Hay recetas en las que se añaden a la
masa frutos secos u hortalizas.
• Patés: Los patés
constituyen otro grupo muy importante dentro de los Productos Cárnicos
Cocidos. Se elaboran a base de hígado, grasa de cerdo y agentes
emulsionantes (leche, huevos), así como condimentos, especias, licores y
aguardientes. El proceso de elaboración coincide con el de la masa fina
(emulsión en caliente, temperatura de trabajo entre 30º y 40ºC), aunque
también existe una forma de elaborar patés caseros en la que no se
realiza ninguna emulsión, sino que simplemente se pican las grasas y el
hígado se mezclan y se condimentan. Una vez hecha la masa, se mete en
botes, barquetas o se embute y se cuece a 80/90ºC hasta 70ºC en el
corazón (para el caso de las emulsiones) o se cuecen en cazuela al baño
maría hasta conseguir la esterilización (para el caso de los patés
caseros). Estos patés pueden presentar diferentes variantes, añadiéndole
a la masa trufas, setas, pimienta verde, etc.
• Embutidos cocidos:
Dentro de este grupo están los productos cárnicos tratados por calor
fabricados con carne y grasa picadas, embutidos en tripa natural o
artificial y ahumados o no.
Salchichas cocidas: Son embutidos cocidos elaborados con carnes
de cerdo y/o vacuno y grasas de cerdo debidamente condimentadas según la
elaboración concreta. Se trata casi siempre de masas finas con
diferentes características según la elaboración (Frankfurt, viena,
bradwurst,...). La masa fina se embute en tripa de entre 18 y 28 mm. Y
se cuecen por inmersión o en horno de cocción a una temperatura de unos
80/85º hasta 75º en el corazón. En el caso de la Frankfurt se ahuma
primero a 30º y luego se quita el humo y se termina de cocer. En el caso
de la salchicha tipo Viena se hace al revés. Estas salchichas además de
la masa fina, pueden llevar distintos elementos en su interior como
perejil, frutos secos, trufas, setas, etc.
Mortadela: Es un embutido compuesto de carne de cerdo, y en
algunos casos, carne de vacuno condimentado con las especias y aditivos
característicos. Se trata de una masa fina a la que se le puede añadir
daditos de tocino, aceitunas, huevos duros, etc.
Morcillas: También se les denomina embutidos cocidos de sangre,
ya que es la sangre el elemento aglutinante del embutido. Generalmente
las morcillas se componen además de sangre, tocino, manteca (fundida y
en rama), cebolla, puerro (u otras hortalizas) y como ligantes, arroz,
patata, pan, etc... La masa se condimenta con sal y especias,
principalmente tomillo, canela, pimienta negra o blanca, clavo, comino,
ajo, etc..., siempre según las costumbres de cada lugar. Por lo tanto se
puede decir que existen tantos tipos de morcillas como lugares en los
que se elaboran, aunque las más conocidas son la morcilla de arroz de
Burgos, la morcilla típica de Bizkaia de cebolla y puerro, la morcilla
dulce canaria o la morcilla asturiana, que lleva carne y pimentón y
constituye el elemento fundamental de la fabada asturiana.
El primer paso para la elaboración de las morcillas consiste en cocinar
los ingredientes que lo requieran, después se le añade el resto de
ingredientes y la sangre; se condimenta y la masa obtenida se embute en
tripa natural o artificial de entre 30 y 40 mm. de calibre y se somete a
cocción en caldera (a unos 90/90ºC) durante 30 minutos, o en horno de
cocción a 95/97ºC durante 40 minutos. Una vez cocidas se dejan orear
hasta que estén bien frías. Este embutido no tiene demasiado tiempo de
conservación.
EL AHUMADO.
Desde la antigüedad se han expuesto los productos cárnicos (sobre todo
los cocidos, crudos curados y salazones) a la acción del humo procedente
de la combustión de virutas o serrín de madera. El humo aporta al
producto una serie de características especiales como son el sabor y el
color. El humo tiene también un efecto antioxidante que evita el
enranciamiento de las grasas.
El tipo de madera utilizada influye de forma importante en las
características organolépticas del producto ahumado. Las maderas más
utilizadas son las de roble, haya y encina. No se utilizan maderas
procedentes de coníferas o plantas aromáticas, ya que transmiten aromas y
sabores desagradables o demasiado intensos.
El ahumado se puede realizar de dos formas:
• En frío: Sin sobrepasar los
30ºC y con una humedad relativa en torno al 75%. El tiempo de ahumado
está en función del volumen y características del producto a ahumar.
Este sistema se utiliza para casi todos los pescados y en algunos
productos cárnicos, sobre todo crudos curados y salazones.
• En caliente: Se realiza a una
temperatura superior a los 30ºC y en algunos casos puede llegar a los
70/80ºC. Este sistema se utiliza en general para los productos cárnicos
cocidos.
Sin embargo cada vez es más frecuente la utilización de aromas y
condensados de humo, así como humo líquido. En estos preparados se han
eliminado las sustancias no deseables por su toxicidad y se pueden
presentar en forma líquida o sólida (polvos). Para la utilización de
estos humos artificiales existen diferentes métodos:
• Sumergiendo el producto en una solución de aromas de humo. Deja un gusto ligero y se utiliza para pequeñas piezas.
• Pulverización o atomización
sobre la superficie del producto. Sabor ligero, igual que el método
anterior. Se usa para salchichas y jamones, sobre todo cuando prime el
aspecto exterior del producto.
• Mezclado con la salmuera
(0,25-1%) e inyectándolo en el producto. Confiere un sabor homogéneo y
se usa en jamones y paletas cocidas.
• Preparación de las tripas recubriéndoles interiormente con humo líquido. Se utiliza para embutidos cocidos de gran calibre.
Cualquiera de estos métodos por si solo presenta el inconveniente de ser
incompleto en cuanto al efecto buscado. Lo más frecuente es combinarlos
para conseguir las características organolépticas deseadas.
HUMO LÍQUIDO: El humo líquido requiere un proceso térmico
posterior, para que se desarrollen las reacciones químicas necesarias
para la formación del color y del aroma. No se utiliza en el ahumado en
frío. Se usa como complemento del ahumado tradicional.
viernes, 17 de septiembre de 2021
PRODUCTOS COCINADOS
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